Siempre es posible empezar a hacer ejercicio. No importa la edad que tengas o si nunca en tu vida antes has hecho deporte alguno.
Ahora bien, hay que plantearlo de la forma correcta, para que no se quede en una promesa incumplida o un intento poco productivo, que se abandona al poco tiempo de empezar.
La importancia de hacer ejercicio
En realidad, empezar a hacer ejercicio puede llegar a cambiar por completo tu vida. No es nada raro que los deportistas principiantes sean gente comprometida con transformar su rutina o buscar nuevos objetivos.
El beneficio más conocido de todos los relacionados con hacer ejercicio es el de mejorar tu salud. Pero ni mucho menos se limita a la parte física.
El ejercicio te ayuda también a mejorar psicológicamente, a afrontar la vida con nuevas expectativas y a plantearte una rutina diaria completamente distinta a la actual.
El ejercicio también te anima a socializar con más gente, a salir de tus entornos habituales e incluso fomenta un espíritu competitivo que puede ayudarte en otros aspectos de la vida.
Desde un punto de vista más científico, hacer ejercicio fomenta la producción de endorfinas, hormonas responsables de la felicidad y la alegría, además de ser útiles para reducir dolencias, estrés o ansiedad.
Consejos para empezar a hacer ejercicio
Los mejores consejos para empezar a hacer ejercicio no se centran en técnicas deportivas ni en rutinas estrictas. Son mucho más básicos y están orientados sobre todo a cómo debes afrontar esta nueva etapa de tu vida de una forma positiva.
Haz el ejercicio que te guste
Olvídate de los consejos sobre qué deportes o ejercicios son los más recomendables para determinado objetivo. Haz exclusivamente aquello que te guste.
Piensa en todas las posibilidades que tienes, desde hacer natación hasta running, apuntarte a clases de pádel, crossfit, clases de spinning ¡o incluso senderismo!
Debes empezar a hacer ejercicio poco a poco
Mucha gente se pregunta:’¿cómo empezar a hacer ejercicio si soy sedentario?’ Pues lógicamente no es recomendable hacerlo de una forma drástica porque corres riesgo de lesionarte, además de que será desmotivador no conseguir ningún logro.
Empieza poco a poco. Piensa que cualquier cambio en tu rutina actual va a ser más favorable que cero, así que todo esfuerzo es positivo, por mínimo que sea.
Lo ideal es comenzar con 1 hora al día entre 2 y 3 veces a la semana. Rápidamente comprobarás que quieres aumentar ese tiempo y que se antoja realmente escaso para poder disfrutar todo lo que te gustaría de esa práctica deportiva.
Empezar a hacer ejercicio con alguien
Hacer ejercicio totalmente por tu cuenta requiere mucha disciplina y no es precisamente lo más divertido del mundo.
Los deportistas que lo hacen tienen como motivación superar marcas personales y conseguir un momento de evasión. Ninguna de ellas debe ser una meta actual para ti.
Hacer ejercicio debe ser sinónimo de diversión. Por eso es mejor hacerlo con gente y, a ser posible, en actividades que impliquen a más personas, desde un partido entre equipos hasta estar juntos en el gimnasio.
Además, hacer ejercicio acompañado siempre es una mayor motivación para no saltarse la rutina y para conseguir metas más rápidamente.
Sigue la regla de los 21 días
Si estás haciendo lo que te gusta, pero te cuesta incluir el ejercicio en tu rutina habitual, sigue la regla de los 21 días.
Esta teoría determina que, en un periodo repetitivo de 21 días, aquello que se acoge como obligación se convierte en costumbre o hábito y se consolida perfectamente con tu rutina.
Aunque parezca un tópico lo cierto es que comenzarás a disfrutar de verdad de hacer ejercicio cuando no hacerlo suponga una excepción que no quieres experimentar.
Sitúa al ejercicio como algo prioritario
En tu rutina diaria actual tienes infinidad de cosas que son prioritarias y todas ellas probablemente tengan motivos justificados para ello.
Cuando lo incluyas en tu vida, el ejercicio debe adquirir esa prioridad. Mantenlo por delante de otros quehaceres de segundo grado (no hablamos de cosas imprescindibles como dormir o ir al trabajo), de manera que no exista la opción de prescindir de ello.
Si tus amistades quieren quedar o te apetece hacer algo en casa, sitúa estos compromisos después de la rutina de ejercicio, así siempre tendrás espacio temporal para ella y será rápidamente parte de tu nuevo estilo de vida.