Conducir con nieve puede convertirse en una de las situaciones más complejas y arriesgadas al volante. Por eso, es necesario asegurar una buena preparación del coche para la nieve y, de esta forma, minimizar los riesgos todo lo posible.
¿Cómo preparar mi coche para la nieve?
Respecto a la preparación del coche para la nieve, estos son los puntos más importantes a los que debes prestar atención:
El parabrisas
Asegúrate de que el parabrisas mantiene total integridad. Cualquier grieta en las lunas puede afectar muchísimo a otros elementos de conducción y seguridad, como, por ejemplo, el airbag.
Escobillas
Las escobillas deben estar en perfecto estado, porque, de lo contrario, en una situación de lluvia o nieve no nos permitirán conducir con suficiente visibilidad y el riesgo de accidente aumentará de forma considerable.
Neumáticos apropiados
Para la nieve, opta por los mejores neumáticos posibles. Sustituye los actuales si están desgastados y escoge los que mayor adherencia te ofrezcan. Hay modelos específicos de neumáticos de invierno.
Lleva contigo cadenas
Si hay riesgo de nieve, antes de salir, asegúrate de que las cadenas están en el coche o que tu vehículo lleva algún sistema de conducción sobre nieve que puedas utilizar en caso de necesidad.
Revisa la batería
Revisa su estado y verifica que funciona perfectamente. Probablemente hayas visto alguna vez una noticia en televisión con los coches parados por la nieve. ¿Te imaginas que la batería falla en ese preciso momento? Con una revisión previa, evitarás enfrentarte a situaciones como esta.
Comprueba las luces
Por lo general, una conducción con nieve implica menor visibilidad. Por tanto, es importante que el sistema de iluminación funcione perfectamente, para que puedas mantener el coche en marcha sin riesgo de accidente.
¿Cómo debe ser mi conducción?
En cuanto a consejos de conducción en invierno y sobre asfalto mojado, con hielo y/o con nieve, estas son las mejores recomendaciones que puedes seguir:
- La distancia de seguridad que debes mantener debe ser mayor que en condiciones normales. Si está nevando, a ser posible que sea hasta 10 veces superior.
- Intenta conducir con marchas largas y acelera con suavidad a bajas revoluciones. En una conducción con velocidad reducida, deja suficiente distancia para frenar.
- Evita deslizamientos en la medida de lo posible usando preferentemente la segunda marcha en lugar de la primera.
- Al arrancar o en cuesta, deja espacio suficiente para mantener velocidad constante sin tener que cambiar de marcha.
- Para bajar una pendiente, intenta usar marchas cortas y evita frenar si no es imprescindible.
- A la hora de frenar, pisa el pedal del freno lo más suave posible.
- En las curvas, intenta frenar suavemente antes de girar el volante. Si se pierde agarre, suelta el acelerador y mantén las ruedas en la dirección deseada.
- En caso de derrape, conduce con suavidad e intenta contrarrestar con el volante hacia la dirección inversa.
- En cuanto a iluminación, en caso de nevada, usa luces de cruce y si la visibilidad es muy escasa, enciende las luces antiniebla.
- Evita los surcos que dejan las ruedas de otros coches. La nieve que está compacta está más helada que la que acaba de formarse.
Recuerda siempre estos consejos
Te ofrecemos unos consejos extra para conducir con nieve con precaución:
- Revisa el resto del coche para garantizar que todo funciona bien.
- Lleva contigo todo lo necesario en caso de avería, incluyendo elementos de señalización.
- En un trayecto largo, aumenta el número de paradas para rebajar la tensión y el cansancio.
- Reduce los adelantamientos lo máximo posible.
- Mantén una temperatura confortable en el interior del vehículo y lleva ropa holgada que te permita maniobrar.