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Muelas del juicio: qué son y qué problemas pueden ocasionar

Las muelas del juicio están asociadas a un tratamiento odontológico de extracción, debido al dolor y las molestias que pueden causar.

En realidad, no todas las muelas del juicio tienen que extraerse y es posible tenerlas sin sufrir ningún inconveniente. Ahora bien, cuando es necesario, se debe contar con ayuda profesional para su extracción y evitar así problemas mayores.

¿Qué son las muelas del juicio?

Las muelas del juicio son terceros molares, los últimos aparecidos con respecto al resto de dientes y que están ubicados en la zona más posterior de la boca.

En algunas ocasiones, estas muelas no tienen suficiente espacio para desplazarse, por lo que pueden provocar diversos problemas dentales.

Por lo general se desarrollan 4 muelas del juicio, dos en la parte superior y otras dos en la inferior.

Síntomas comunes de las muelas del juicio

A diferencia de lo que sucede con otros dientes, las muelas del juicio pueden estar generando problemas sin que podamos identificar correctamente su causa. Conocer algunos síntomas propios de un mal alineamiento de estas muelas es importante para saber si son ellas las que están provocándolos.

Los síntomas más corrientes son los siguientes:

  • Las encías aparecen enrojecidas o con cierta inflamación.
  • Las encías tienen demasiada sensibilidad y/o sangran con frecuencia.
  • Se nota dolor en la propia mandíbula y en ocasiones cierta hinchazón.
  • Aparece mal aliento.
  • Se tiene un sabor poco agradable en la boca.
  • Se siente dificultad para abrir la boca.

¿Cómo es la extracción de las muelas del juicio?

La mejor forma de saber si tenemos un problema con las muelas del juicio es acudir a una clínica odontológica, para que un profesional pueda hacer un análisis completo de nuestra salud bucodental.

En ocasiones, la mejor solución es una extracción de las muelas del juicio, con la que se evitan todos los problemas que puedan estar causando.

Esta intervención se realiza con una anestesia adaptada a las necesidades de cada paciente. Una vez hace efecto la anestesia, se procede a una extracción del hueso y de la raíz, eliminando cualquier posible resto y limpiando totalmente la zona.

A continuación, se suele coser la herida para que se realice una correcta cicatrización. Si se ponen puntos, es posible que se disuelvan por sí solos en unas semanas o que requieran una extracción por un odontólogo profesional.

Es posible que durante unos días se administren medicamentos con los que controlar el dolor consecuente al trabajo realizado sobre la zona donde estaban las muelas del juicio.

Principales problemas que pueden ocasionar

Dejar que las muelas del juicio se desarrollen cuando se nota alguno de los síntomas indicados no es una decisión muy acertada, dado que pueden evolucionar hacia problemas bucodentales bastante más graves.

Para empezar, su ubicación hace difícil una correcta limpieza, por lo que tienen mayor riesgo de producir caries y de que se desarrollen infecciones.

Además, en muchos casos las muelas del juicio presionan otros dientes para poder salir, generando apiñamientos y dolencias muy molestas.

También se pueden generar quistes que podrían dañar a otros dientes, a los nervios o incluso a la mandíbula. En los peores casos es necesaria una intervención que requiere extirpar parte del tejido y el hueso.

Otra consecuencia de las muelas del juicio puede derivar directamente contra las encías, desarrollando una pericoronaritis bastante dolorosa.

No obstante, es recomendable no esperar a que se genere uno de estos problemas o ni tan siquiera que se note alguno de los síntomas de un mal alineamiento de estas muelas.

Las revisiones odontológicas preventivas ayudarán a identificar la existencia de las muelas del juicio y a prevenir cualquier problema relacionado con su desarrollo.

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